Peligro en el sector de la vivienda
El alud de ejecuciones hipotecarias por parte de la banca y la salida a subasta de miles de viviendas que se prevé para 2010 puede acelerar, a juicio de los expertos, la caída de precios residenciales con efectos explosivos para el mercado inmobiliario.
El alud de ejecuciones hipotecarias de viviendas pertenecientes a los particulares que dejaron de pagar la hipoteca a su entidad financiera tras el inicio de la crisis económica puede tener efectos contundentes en el mercado de la vivienda a partir de los próximos meses, más allá del impacto en los balances de las entidades financieras, como ya adelantábamos en una entrada anterior.
Estas ejecuciones hipotecarias surgen del masivo número de demandas por impago de hipotecas presentadas por bancos y cajas desde el estallido de la crisis en España, a finales de 2007. Según los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los expedientes de ejecuciones hipotecarias en 2008 se elevaron a 58.686 casos, cifra que se elevará sensiblemente el 2009. Según las previsiones del órgano de gobierno de la judicatura, estos casos ascenderán este año a casi 115.000, un 95% más. Para 2010, se estima que esta cifra subirá a 181.000, un 57% más que en 2009. El CGPJ realizó estas previsiones el pasado mes de julio, en un informe en el que alertaba sobre los “preocupantes” efectos de la crisis económica en la carga de trabajo de los juzgados españoles.
Debido al colapso que afecta a los tribunales, los expedientes de ejecuciones hipotecarias abiertos a finales de 2008 y principios de 2009 no han terminado de tramitarse hasta fechas recientes con la venta en subasta de la vivienda embargada. Los que se abrieron a mediados de 2009 llegarán a principios o mediados de 2010. Las expectativas de una avalancha de viviendas en procesos de subastas preocupa a las entidades financieras y promotores inmobiliarios, porque al no haber capacidad de absorción por parte de los habituales compradores –los subasteros–, las adjudicaciones están quedando desiertas, siendo las propias inmobiliarias de los bancos las que acuden en soledad a quedarse con estos activos a precio liquidativo.
Fuente: Expansión.com