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Mercado Inmobiliario

Blackstone inicia la desinversión en Barcelona ante la inseguridad jurídica y la regulación del alquiler

Blackstone inicia la desinversión en Barcelona ante la inseguridad jurídica y la regulación del alquiler

El mayor propietario institucional de viviendas en España comienza a dar marcha atrás en Barcelona. Blackstone, el fondo estadounidense que gestiona decenas de miles de inmuebles a través de distintas sociedades, ha iniciado un proceso de desinversión en la capital catalana. La firma ha comenzado a vender parte de su cartera de pisos en alquiler ante la creciente inseguridad jurídica, el endurecimiento normativo y la disminución de rentabilidad derivada de las recientes limitaciones impuestas al mercado.

Contratos no renovados y viviendas en venta

Fuentes del sector señalan que distintas sociedades vinculadas a Blackstone, como Testa o Fidere, han empezado a comunicar a inquilinos con contratos vencidos que no se procederá a la renovación, optando en su lugar por poner los inmuebles a la venta. Esta estrategia busca reducir la exposición del fondo en una plaza que se ha vuelto menos atractiva para el capital institucional.

Entre los factores que han motivado este cambio se encuentran las exigencias de la ley catalana, que obliga a ofrecer alquiler social a determinados perfiles de inquilinos, así como las moratorias de desahucios y el incremento de ocupaciones ilegales, elementos que han elevado considerablemente el riesgo jurídico de estas inversiones.

La normativa catalana como factor disuasorio

Barcelona ha sido uno de los primeros mercados en aplicar el índice de referencia del alquiler en zonas tensionadas, lo que limita el precio de los nuevos contratos. Esta medida, unida al aumento de los costes operativos y a una fiscalidad más exigente sobre la vivienda vacía, ha afectado negativamente a los resultados de los grandes tenedores como Blackstone.

Venta de suelo a través de Aliseda

En paralelo a la venta de activos residenciales en alquiler, el fondo ha iniciado también la desinversión de suelos finalistas y urbanizables mediante su gestora de activos, Aliseda. Según diversas fuentes, ya ha salido al mercado una cartera de más de 500 terrenos en Cataluña, con capacidad para desarrollar más de 13.000 viviendas. Esta operación abre oportunidades para promotores privados, así como para la propia Generalitat, interesada en aumentar su parque público de vivienda.

Reconfiguración del posicionamiento

Con esta estrategia, Blackstone reconfigura su posición en uno de los mercados más relevantes del país. Mientras otras ciudades como Madrid o Málaga continúan atrayendo capital internacional, la retirada parcial en Barcelona refleja un cambio de ciclo en el inmobiliario catalán. Asimismo, anticipa un posible ajuste de la oferta que podría intensificar aún más la presión sobre los precios en un entorno caracterizado por la alta demanda y la baja rotación de activos.

La evolución de este proceso será clave para el futuro del mercado residencial en Cataluña y para el equilibrio entre inversión privada y políticas públicas de vivienda.

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